Chicas muertas por culpa de la anorexia

MAYRA   GALVAO

Maiara   Galvao Vieria medía 1,70 metros y pesaba 38 kilos. Con sólo 14 años la   anorexia ha matado a esta joven brasileña.

Maiara murió el día 6 de enero de 2007 de un paro cardiorrespiratorio   ocasionado por la anorexia nerviosa que padecía. Su sueño era ser modelo y   apenas comía para mantenerse delgada.

Su padre ha relatado al periódico brasileño O Globo que su hija “siempre fue   delgada y realizaba un curso de modelo, porque desfilaba desde muy chica”.

En el mes de septiembre de 2006, su familia comenzó a preocuparse y la llevó   al médico. Su padre cuenta que Maiara ni siquiera “tenía fuerzas para subir   las escaleras del colegio donde estudiaba”.

Tras pasar por tres hospitales públicos diferentes, los médicos detectaron   que la joven padecía anorexia nerviosa. Fue ingresada en el hospital Miguel   Couto hace más de un mes, donde ha fallecido.

 

Un día   antes de viajar a París, donde posaría para unas fotos, la modelo brasileña   Ana Carolina Reston falleció ayer víctima de anorexia y de una infección   generalizada provocada por su extrema debilidad, causada por la estricta   dieta que seguía, apenas basada en el consumo de manzanas y tomates, para   mantenerse delgada.

La modelo de 21 años, de 1.74 metros de altura y apenas 40 kilos de peso,   había sido internada hace tres semanas con una infección urinaria que se   transformó en insuficiencia renal y después en infección generalizada, según   el sitio web del diario O Globo. Falleció en un hospital de Sao Paulo en el   que estaba ingresada desde el pasado 25 de octubre.

Reston Macan había nacido en la localidad de Jundiaí, y comenzó a desfilar a   los 13 años, en compañía de su madre, Miriam Reston, hasta hace cuatro años,   cuando empezó a viajar al exterior sola, por las dificultades económicas de   su madre para pagar los pasajes.

A los 17 años, la modelo realizó temporadas de desfiles y sesiones   fotográficas para catálogos de tres o cuatro meses en países como China,   Turquía, México, Japón e Italia.

Su organismo estaba tan debilitado que en los últimos días tuvo además   problemas respiratorios, de tensión arterial baja y una infección   generalizada, según el diario Folha de Sao Paulo.

ANA   CAROLINA RESTON

 

ELIANA   RAMOS

 

Se   trata de la hermana menor de Luisel Ramos, quien murió el año pasado en pleno   desfile. Se investigan las causas del deceso de la joven. Trascendió que   padecía «insuficiencias alimenticias» y que pertenecía al staff de   Pancho Dotto

La modelo uruguaya Eliana Ramos, de 18 años, falleció el martes por causas   aun no determinadas, unos seis meses después que su hermana Luisel, de 22, y   también modelo, muriera de un paro cardíaco al bajar de una pasarela.

Eliana fue encontrada muerta el martes de tarde en su casa del barrio La   Unión de la capital uruguaya.

No ha habido informe médico de la causa de su fallecimiento, pero el canal 4   de televisión dijo que un dictamen primario indicó «muerte súbita»,   posiblemente por insuficiencias alimenticias.

Su hermana mayor había fallecido a comienzos de agosto de 2006 durante un   desfile de modas por un «paro cardíaco fulminante», según la   autopsia que se realizó poco después.

Eliana estaba vinculada a la agencia de Pancho Dotto.

Luisel Ramos, su hermana, modelo venezolana de 22 años, murió de un fallo   cardíaco mientras desfilaba en la Semana de la Moda de Montevideo. La joven   sintió molestias tras concluir su desfile sobre la pasarela, se desmayó   cuando se dirigía a los camerinos y falleció pese a los primeros auxilios de   una dotación de emergencias.

Su padre aseguró a la Policía que llevaba varios días sin ingerir alimentos

 

Carla   Sobrado Casalle, de 22 años, estudiante de moda que aspiraba a ingresar en   las pasarelas, fue la segunda víctima que la anorexia se cobró a mediados del   2006 en Brasil.

La muchacha murió en noviembre del 2006 por la mañana, en el hospital de la   Beneficencia Portuguesa (en la localidad de Araraquara, oeste de San Pablo)   donde estaba internada desde hacía tres días. Su muerte ocurrió después de   dos paros cardíacos como consecuencia de un régimen para adelgazar.

Con 1,74 metro de altura, pesaba 55 kilos. «Era una chica alegre, bonita   y llena de vida. Pero se fue amustiando como una flor», dijo la abuela   de la joven, María Luiza Sobrado, en una entrevista por la emisora televisiva   Globo.

Carla seguía una carrera vinculada con la moda en una facultad privada de la   capital paulista, donde vino a estudiar cuando tenía 18 y donde residió hasta   medio año atrás, cuando la abuela se la llevó de vuelta para su ciudad de   origen para que siguiera un tratamiento contra la anorexia.

«En las etapas buenas ella comía bien: pescado, carne y verduras. Pero   bastaba que engordara un kilo para que iniciara una dieta», relató.

CARLA   SOBRADO CASALLE

BEATRIZ CRISTINA FERRAZ

Beatriz Cristina Ferraz Lopes medía 1,57 metro de   altura y pesaba apenas 34 kilos. Según el diario brasileño O Globo, su   familiares y amigos la joven estaba obsesionada con adelgazar desde su   adolescencia, cuando había llegado a pesar unos 100 kilos.

Beatriz sentía rechazo por la comida y hace tres años los médicos le   diagnosticaron anorexia.

“Cuando éramos novios decía que no quería comer nada. Llegaba a pasar un día   entero sin llevarse nada a la boca”, relató su ex pareja, Leandro Murgo, de   26 años.

Este año, Beatriz dejó de alimentarse y llegó a pesar 27 kilos. Por ello   estuvo tres meses internada en una clínica donde tuvo que ser alimentada a   base de suero.

Tras haber recuperado algo de peso, la joven fue dada de alta. Pero su cuerpo   ya no pudo resistir la desnutrición extrema en que se encontraba. Murió el   domingo en el Hospital Santa Casa de Jaú, a unos 300 kilómetros de San Pablo.

 

 

Anorexia e Internet, una pareja peligrosa

En la Red abundan los consejos para no comer y engañar a la familia, además de competiciones para perder peso

Autor: La anorexia se ha convertido en la tercera enfermedad crónica más frecuente entre adolescentes, por detrás del asma y la obesidad. Si bien puede diagnosticarse a cualquier edad, los jóvenes son especialmente vulnerables. Hay que mantener unos hábitos de alimentación equilibrados y evitar las dietas para perder peso que, en algunos casos, pueden ser la puerta de entrada a este trastorno de la alimentación. Además, los expertos alertan a progenitores y especialistas sobre la importancia de supervisar los contenidos a los que acceden niños y adolescentes en Internet, ya que en la Red proliferan páginas web que publicitan estas enfermedades psicológicas.

Internet y trastornos alimentarios

«Si tienes hambre cuenta hasta mil y antes de terminar te darás cuenta de que no vale la pena seguir metiendo grasa en el cuerpo». «Prueba la comida y escúpela, repítelo cuantas veces necesites para calmar la ansiedad». Estos son algunos «consejos» que pueden encontrarse en un blog «proana», es decir, pro-anorexia. No es un caso excepcional, en la Red abunda desde información para no comer y engañar a la familia, hasta competiciones que ganan quienes más peso pierden.

Internet se ha erigido como una gran vía de comunicación, pero también puede convertirse en un riesgo. Un estudio constata que en la Red son frecuentes los sitios que promueven los trastornos de la conducta alimentaria. El trabajo, publicado en «American Journal of Public Health», se ha realizado en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. Los investigadores llevaron a cabo una revisión de 180 sitios que promovían los trastornos alimentarios.

El trabajo constata que alrededor del 91% de estos portales eran de acceso libre (aunque muchos advertían de que no querían «aficionados») y alrededor del 79% tenía contenidos interactivos, como calculadoras de calorías y de índice de masa corporal. En muchos se publicaban «los diez mandamientos de la delgadez», como «no comerás sin sentirte culpable», «no comerás algo que engorde sin castigarte después» o «lo más importante es lo que diga la báscula».

Para evitar trastornos alimentarios hay que fomentar la crítica de cánones de belleza, la aceptación de las diferencias, una dieta equilibrada y la actividad física

El estudio recoge que, a menudo, esta información aporta indicaciones sobre cómo disimular, ya que es un hecho que las personas afectadas por anorexia intentan ocultar en lo posible su bajo peso de diversas formas, como beber mucha agua antes de pesarse y esconder pesas en la ropa. Los jóvenes son uno de los principales usuarios de la Red y se estima que el 75% de los niños entre 10 y 15 años navegan a diario por ella. Según una encuesta de la asociación Protégeles, un 17% ha visitado páginas pro-anorexia o pro-bulimia.

En Internet es sencillo permanecer en el anonimato y tener acceso fácil a información, con impunidad y a espaldas de los progenitores. También puede ser una forma de reafirmarse y obtener respaldo para las acciones que se llevan a cabo. De esta manera, jóvenes vulnerables pueden terminar por padecer uno de estos trastornos alimentarios, tan serios como la anorexia. Estos foros también promueven la sensación de conexión con otros individuos que sufren el mismo trastorno, a modo de comunidad donde la persona se siente identificada con otras, a la vez que segura y protegida.

A pesar de que en 2001 algunos motores de búsqueda, como Yahoo y MSN, aceptaron bloquear los sitios que pudieran dar publicidad a estas enfermedades, ello no ha representado una gran diferencia, ya que los mensajes se han vuelto más sofisticados: los textos y las fotos se han convertido en vídeos y las páginas web, en blogs y grupos de Facebook.

Detección precoz y prevención

Con el verano puede acrecentarse el deseo de adecuarse a los modelos de belleza que, entre otros requisitos, pasan por tener un cuerpo delgado. Esto puede llevar, en personas vulnerables, a conductas que suponen un riesgo de desarrollar un trastorno alimentario. Entre jóvenes de 10 a 19 años, las cifras de afectados por anorexia nerviosa y bulimia ascienden a 35 casos por 100.000 habitantes y año.

La prevención y la detección precoz son claves. Es fundamental la información en positivo y, sobre todo, hay que intentar desligar la idea de que la autoestima y el éxito social estén, de manera obligatoria, ligados al aspecto físico. Pero en la adolescencia, la información que alerta de forma directa sobre los peligros de la anorexia es menos útil e, incluso, según la forma, puede resultar contraproducente.

Los primeros síntomas se manifiestan entre los 13 y los 16 años, sobre todo entre mujeres, con una proporción de 9-10 chicas por cada chico. En su origen hay que buscar tanto factores genéticos como psicológicos, familiares y socioculturales. Los factores psicológicos son importantes ya que, a menudo, la anorexia se desarrolla en personas autoexigentes, perfeccionistas y con baja autoestima.

De la misma manera, el ambiente familiar y social puede facilitar o prevenir estos trastornos. Desde el círculo de allegados hay que fomentar la crítica acerca de determinados cánones de belleza y la aceptación de las diferencias, además de ser conveniente que se siga una dieta equilibrada y que se promueva una actividad física moderada. Es preferible que las comidas se realicen en familia y evitar que los adolescentes coman solos, en especial, mientras ven la televisión. En caso de sobrepeso, hay que evitar comentarios negativos que generen baja autoestima y no facilitar la obsesión por el peso, que en ocasiones se consigue sólo con suprimir la báscula del baño.

TRAS LA SOSPECHA

Cuando el trastorno es incipiente, antes de una ostensible pérdida de peso o de constatar vómitos u otro tipo de malas conductas alimentarias, una serie de indicios llevan a sospechar que la persona padece anorexia o bulimia:

  • Quejas frecuentes sobre el aspecto físico.
  • Obsesión por vigilar el peso, con frecuentes controles en la báscula.
  • No querer probarse ropa o ponerse bañador.
  • Manías con la comida y obsesión por no comer alimentos «que engordan».
  • Progresivo aislamiento, resistirse a salir y disminuir el contacto con amigos.
  • Mayor irritabilidad y problemas de comunicación, sobre todo, con personas muy próximas, como la madre.
  • Mareos por ayunos prolongados (saltarse el desayuno…).

Anorexia masculina

 

El pánico a engordar, en el género masculino, inclina más hacia el ejercicio físico que a la dieta restrictiva

Autor: Los hombres también padecen anorexia, una enfermedad considerada hasta hace poco «femenina». La proporción de afectados no parece aumentar y podría situarse en torno a diez mujeres por cada varón. Niños y adultos sufren este desorden, pero la etapa de mayor riesgo sigue siendo la adolescencia y la juventud, período en el que cinco de cada cien jóvenes desarrollan trastornos del comportamiento alimentario. Los expertos aseguran que chicos y chicas muy perfeccionistas, con altas aspiraciones frente a una baja autoestima, tienen más riego de caer en la anorexia, un síndrome grave y complejo.

Relación diez a uno

La anorexia nerviosa, patología que se caracteriza por un miedo exacerbado a ganar peso y por una percepción alterada de la imagen corporal que hace que las personas que la padecen se vean y se sientan gordas aunque no lo estén, afecta a los chicos, pero en una proporción diez veces inferior que a las chicas. Aunque ambos sexos comparten algunas de las causas de la enfermedad, existen varios aspectos, algunos biológicos, que hacen que este trastorno del comportamiento alimentario (TCA) sea más frecuente entre las mujeres. Por ello, durante años la anorexia ha sido considerada una enfermedad de «género femenino».

Sobre todo si hablamos de la adolescencia, los psiquiatras estiman como fiable este ratio de diez a uno, apuntado también por la APA (American Psiquiatric Asociation): sólo diez de cada cien anoréxicos son hombres. Pero, ¿ha aumentado últimamente el número de enfermos varones de anorexia? El doctor Gonzalo Morandé, jefe de la Unidad de Trastornos de la Alimentación del Hospital del Niño Jesús (HNJS) de Madrid, considera que «su número crece muy lentamente, al igual que el de chicas con TCA, probablemente en igual proporción».

El objetivo número uno perseguido en la mayoría de los tratamientos es recuperar el peso mínimo normal

«No hay datos que demuestren una mayor aparición de este trastorno en los varones y si se está produciendo, es muy lenta», corrobora Adrián Cano, psiquiatra perteneciente al Departamento de Psiquiatría y a la Unidad de Terapia Familiar de la Clínica Universitaria de Navarra.

Un dato, que según Morandé han verificado especialistas del HNJS, centro de referencia para niños pequeños con dificultades alimentarias y repercusiones en su desarrollo, es que entre las anorexias nerviosas de la infancia es un poco mayor el número de chicos afectados al de chicas. Sin embargo, si nos referimos a ingresos hospitalarios a causa de la anorexia, Pastora Rivera, psiconanalista de la Asociación ABLA de Anorexia y Bulimia de Sevilla, cree estar en condiciones de calcular que el 98% del total son mujeres.

Las estadísticas que maneja Adrián Cano aluden a la anorexia como la tercera causa de enfermedad entre los jóvenes en EE.UU. a principios de los noventa, después del asma y la obesidad. En este país existen 1,2 millones de mujeres diagnosticadas. Este desorden alimenticio se cura en un 70% de los casos, un 15% recaen y en el otro 15% restante se cronifica. El tiempo estimado de curación ronda entre los 70 y 80 meses. El objetivo número uno perseguido en la mayoría de los tratamientos es recuperar el peso mínimo normal. Suelen combinarse tratamientos psicoterapéuticos y farmacológicos (antidepresivos, antipsicóticos o ansiolíticos). La anorexia puede llegar a causar la muerte de alrededor de un 5% de quienes la padecen. La incidencia en Navarra, por citar un estudio reciente del departamento del doctor Cano, es de tres enfermos por cada mil habitantes (0,3%).

Diseñan un nuevo tratamiento para la anorexia nerviosa

Investigadores ingleses han diseñado un breve video-clip, que incluye elementos visuales y auditivos, para combatir la ansiedad y el rechazo a la comida que sufren las personas con anorexia nerviosa (AN). Puede reproducirse en ‘iPod’ y en ‘P4’ y constituye una nueva modalidad de tratamiento basado en la teoría de que la imagen es un elemento clave en las reacciones instintivas y emocionales. La propuesta se explica en el último número de ‘Psychotherapy and Psychosomatics’.

Las intervenciones que utilizan elementos visuales para interrumpir la elaboración de imágenes y reacciones emocionales han demostrado su eficacia a la hora de reducir la ansiedad relacionada con la comida y las reacciones emocionales.

Hasta ahora, el impacto de este tipo de videos en la anorexia ha sido investigado en una pequeña serie de casos, el objetivo de este último estudio era confirmar los anteriores descubrimientos sobre esta herramienta en una muestra de mayor tamaño.

Así, el video se comparó con una situación de control musical en dos poblaciones diferentes: la de pacientes con anorexia nerviosa y un grupo de control compuesto por personas sanas (HCs).
La hipótesis era que los participantes con anorexia consumirían más comida de la prueba y experimentarían un menor nivel de ansiedad viendo el video y que no se observarían cambios en esta variable en el grupo de control.

El video ofrecía 20 minutos de imágenes y audio específicos de desórdenes de la alimentación, mientras que la música utilizada con el grupo de control fueron 20 minutos de música moderna clásica. Las participantes, mujeres entre 18 y 55 años, eran 19 miembros del grupo de control y 18 pacientes que habían padecido durante una media de 11,4 años problemas de anorexia nerviosa.

En el grupo de mujeres con anorexia, se detectaron grandes variaciones en la cantidad de comida consumida, pero se ingirió significativamente más alimento en las condiciones marcadas por el video. Además, en este grupo, se observó una mayor reducción de la ansiedad y los pensamientos negativos y mayor buen humor.

Se detectó una reducción del sesgo de atención a las imágenes de comida se registró en las condiciones marcadas por el video, pero el insuficiente poder convirtió los descubrimientos en insignificantes.

Mientras, en el grupo de control, no se dieron diferencias en la cantidad de comida consumida o cambios en escalas visuales análogas. Se vio, sin embargo, una tendencia hacia una mayor reducción del sesgo atencional hacia la comida con la música pero no con el video de prueba.

Así, el estudio demuestra que las personas con anorexia nerviosa consumen mucha más comida cuando visionan este video especial que cuando escuchan música, repitiendo así los resultados de la serie de casos estudiados previamente.

Además, esto fue acompañado por una significativa reducción de los pensamientos intrusivos, la ansiedad y de una mejora del humor. El sesgo atencional hacia los estímulos relacionados con la comida se redujo también en las condiciones marcadas por el video del estudio, pero falló en alcanzar relevancia por su bajo poder.

No se observaron diferencias entre las dos condiciones en el grupo de control, excepto por una reducción poco significativa del sesgo atencional en el grupo en las condiciones que marcaba la música.

El patrón de respuesta en el grupo de control se diferenció del grupo de pacientes con anorexia en que no hubo cambios en la cantidad de comida consumida, la ansiedad, los pensamientos intrusivos o el humor.

LA ANOREXIA Y OBESIDAD TIENEN RASGOS COMUNES

Según un grupo de investigación catalán, quienes sufren desórdenes alimenticios como la anorexia nerviosa y la obesidad pueden compartir ciertas correlaciones neurobiológicas relacionadas con las vías de recompensa y los circuitos neuronales vinculados a la comida. Este estudio pone de manifiesto  que el tratamiento de estos pacientes debería centrarse en los problemas de autocontrol.

Como apuntan los investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), de la Universidad de Barcelona y del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), «los grupos con condiciones extremas de peso (CEP) pueden compartir factores de riesgo biológicos y fenotipos neurocognitivos«. O dicho de otra manera, quienes sufren anorexia nerviosa o son obesas pueden tener alterada de igual manera la capacidad de tomar ciertas decisiones.

Comer en exceso es un síntoma de una diferencia neuronal entre la motivación y la recompensa en relación con la respuesta de inhibición. En sujetos vulnerables comer demasiado puede perturbar el equilibrio entre circuitos, aumentando el valor de refuerzo de la alimentación y disminuyendo la actividad de los circuitos relacionados con el control y la inhibición. Esta disfunción podría desembocar finalmente en la ingesta compulsiva de alimentos.

En palabras del investigador principal del estudio, Fernández-Aranda, «nuestros resultados apoyan la hipótesis de que la capacidad de toma de decisiones se ve afectada en estos pacientes«. Y es que según el mismo grupo de investigadores, se ha establecido que aquellas personas impulsivas muestran limitaciones en el aprendizaje de las asociaciones adecuadas entre recompensa y castigo.

Tratamiento para la anorexia y la obesidad

Entonces, ¿qué tratamientos deben seguir los pacientes? Desde el Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge explican que en base a este estudio el tratamiento de pacientes con anorexia nervios y de obesidad «debe centrarse en los problemas de autocontrol, conductas impulsivas o el déficit de toma de decisiones que caracterizan estos trastornos

ANOREXIA: SIGNIFICADO, TIPOS, SINTOMAS Y DIAGNOSTICO

La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos graves de la conducta alimentaria que comprende periodos de privación del consumo de alimentos (anorexia), alternados en ocasiones con periodos compulsivos de ingesta alimentaria y purga (bulimia), asociados ambos periodos a otros trastornos de la conducta alimentaria no especificados.

Las personas diagnosticadas de anorexia nerviosa presentan un índice de masa corporal (IMC) y peso corporal muy inferiores a los correspondientes a su edad, altura y sexo (por debajo de 18-19 se considera bajo peso y de 17 infrapeso severo). Este bajo índice de peso corporal viene ocasionado en más del 50% de los pacientes, además de por la privación alimentaria, por el abuso descontrolado de laxantes y/o diuréticos, generación de vómito autoinducido y sesiones de ejercicio extenuantes con el fin de perder peso. En todos los casos los pacientes no suelen ser capaces de reconocer su problema de delgadez extrema, dado que no son conscientes de su estado, negando de forma categórica su condición, e incluso aislándose de las personas cercanas porque consideran que quieren hacerles “engordar más”, y que el problema de visión de la realidad lo tiene su entorno y no ellos.

Esta patología es de muy rara aparición antes de la pubertad y suele afectar en un mayor porcentaje a las chicas, aunque cada vez se está adelantando más la edad de aparición y equiparando el porcentaje de casos entre ambos sexos. Como promedio, se considera que la anorexia nerviosa aparece en torno a los 17 años. Cuanto más temprana sea la edad de aparición y más precoz su detección y tratamiento, mejor pronóstico de curación hay. Por encima de los 40 años resulta infrecuente. Su prevalencia se ha establecido en un caso por cada 100 a 250 habitantes.

Tipos de Anorexia

La Anorexia nervosa se puede clasificar en dos tipos:

  1. Anorexia restrictiva, en la cual la persona solamente disminuye su ingesta de alimentos sin tener comportamientos como comer compulsivamente, purgarse, inducirse el vómito, laxarse, usar diuréticos, hacer ejercicio en forma excesiva, etc.
  2. Anorexia purgativa y/o con ingesta compulsiva: durante el episodio de anorexia, se han tenido comportamientos compensatorios como comer compulsivamente, purgarse, inducirse el vómito, laxarse, usar diuréticos, hacer ejercicio en forma excesiva, etc.

También puedes saber lo que es

¿Cuáles son los síntomas de la anorexia nerviosa?

A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la anorexia. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente, depende también de los tipos de anorexia.

Los síntomas pueden incluir:

  • Bajo peso corporal (inferior al 85 por ciento del peso normal para su altura y edad).
  • Miedo intenso a volverse obeso, incluso cuando el individuo está perdiendo peso.
  • Opinión distorsionada del peso, tamaño o forma de su propio cuerpo; se ve demasiado gordo, incluso cuando su peso está por debajo de lo normal; dice sentirse gordo, incluso cuando está muy delgado.
  • Se niega a mantener un peso corporal mínimo normal.
  • En las mujeres, ausencia de tres ciclos menstruales sin otra causa.
  • Excesiva actividad física.
  • Rechaza las sensaciones de hambre.
  • Preocupación con la preparación de los alimentos.
  • Costumbres alimenticias extrañas. Para los tipos de anorexia restrictivas.

A continuación, se enumeran los síntomas físicos más comunes asociados con la anorexia, los cuales a menudo son el resultado del hambre y la desnutrición.

  • Piel seca que cuando se pellizca y se suelta no recupera su forma normal
  • Deshidratación
  • Dolor abdominal
  • Estreñimiento
  • Letargo
  • Fatiga
  • Intolerancia al frío.
  • Demacración
  • Desarrollo de lanugo en brazos y piernas (vello corporal blanco y fino)
  • Piel amarillenta

Las personas que sufren los tipos de anorexia pueden también ser socialmente introvertidas, irritables, de carácter variable y, o deprimidas.

Los síntomas de la anorexia nerviosa pueden parecerse a los de otros problemas médicos o condiciones psiquiátricas. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la anorexia?

Los padres, parientes, cónyuges, maestros, entrenadores e instructores pueden ser capaces de identificar al individuo que tiene anorexia, aunque muchas personas que tienen el trastorno inicialmente mantienen su enfermedad muy privada y escondida.

Una historia detallada del comportamiento del individuo de parte de la familia, los padres y maestros, observaciones clínicas del comportamiento del individuo y, algunas veces, un examen psicológico contribuyen a realizar el diagnóstico.

Los padres que observen síntomas de anorexia en un ser querido pueden ayudar buscando una evaluación y tratamiento tempranos. El tratamiento temprano puede prevenir a menudo problemas futuros.

Los efectos en la salud de la anoréxicas:

La anorexia, y la desnutrición resultante, pueden afectar de forma adversa a casi todos los sistemas de órganos del cuerpo, aumentando la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano.

La anorexia puede ser mortal. Las secuelas que quedan en los órganos de las mujeres anoréxicas son a veces irreversibles. Cuando la enfermedad no se trata a tiempo, puede haber daños permanentes en el corazón, hígado, riñones y cerebro.